Una docena de lecciones aprendidas
Del programa Parenting at a Challenging Time (PACT)
Empiece por identificar su enfermedad. Llámelo "cáncer de mama" o "tumor cerebral". Los eufemismos como "bulto", "chichón" o "pupa" son confusos. Cuando nombra su cáncer, le está diciendo a su hijo que confía en él con una comunicación honesta y abierta.
- La peor forma de que un niño se entere de noticias inquietantes es escuchándolas sin querer. Las noticias que se conocen por accidente suelen ser confusas e inexactas. Mantenga abiertas las líneas de comunicación al informarle a su hijo qué está sucediendo y lo que puede esperar, directamente de usted. La comunicación directa le permite a su hijo saber que es importante.
- Reciba todas las preguntas de su hijo calurosamente. Hágale saber a su hijo que está interesado en sus preguntas sobre cualquier tema. Tenga en cuenta los entornos en los que es más probable que su hijo hable con usted, como en el automóvil, en la mesa del comedor mientras cocina, o antes de acostarse. Trate de estar disponible en esos momentos para que sea más fácil para su hijo compartir lo que tiene en mente.
- Intente llegar a la pregunta "real" que su hijo quiere hacer. Pídale a su hijo que le diga qué es lo que se está preguntando o si hay algo más que quiera saber. Puede encontrar que existe una inquietud o preocupación específica, que es la pregunta "real". Muchas veces, esta preocupación específica se puede abordar más fácilmente que la pregunta inicial.
- No todas las preguntas requieren respuestas inmediatas o detalladas. Está bien decir: "Esa es una buena pregunta. Tendré que pensarlo/discutirlo con mi [cónyuge, médico, enfermero, trabajador social, u otro miembro de la familia] y luego te responderé".
- Respete el deseo de un niño de no hablar. Comparta información básica, así como cualquier cosa que pueda afectar directamente a su hijo, para evitar confusiones y sorpresas. Consulte con su hijo de vez en cuando y pregúntele si está escuchando demasiado, muy poco o la cantidad correcta sobre su enfermedad, el tratamiento y los cambios en el hogar.
- No deje que su hijo se preocupe solo. Anime a su hijo a compartir sus preocupaciones con usted. A veces, las personas ajenas a la familia dicen cosas que no ayudan con las más amables intenciones. Pídale a su hijo que comparta con usted lo que otros puedan haberle dicho sobre el cáncer en general o sobre su afección en particular. Dígale a su hijo qué tan variada es la enfermedad y cómo la experiencia de otra persona puede no ser la misma que la suya.
- Mantenga abiertos los canales de comunicación con los cuidadores clave. Esto incluye abuelos, maestros, niñeras, entrenadores y padres de amigos cercanos. Pídale a su hijo que le ayude a identificar quiénes deberían ser las personas clave. Al mantenerlos en el circuito de comunicación, les facilita a estos adultos afectuosos brindar el apoyo emocional adecuado y la rutina estable que su hijo necesita durante su enfermedad.
- Trate de mantener el horario habitual de su hijo. Para ayudar a mantener la rutina lo más normal posible, asigne una persona clave para cada niño. Publique horarios, haga listas y use calendarios para ayudar a que su niño y las personas que lo atienden sepan lo que les depara cada día. Hable con el maestro de cada niño y dígales a sus hijos a quién pueden acudir si tienen dificultades en la escuela.
- Reserve tiempo exclusivo para la familia. Apague el teléfono y pida a sus amigos y familiares que no lo visiten en estos horarios. Designe un momento en el que su hijo tenga toda su atención sin distracciones. Utilice estos momentos para comprobar los detalles específicos del día de su hijo. Escuche con atención para conocer sus éxitos, frustraciones o preocupaciones sobre el futuro. Si muchos de sus familiares y amigos se ofrecen para ayudarlo, designe un “capitán de amabilidad” que sirva de enlace para sus voluntarios, ayudándolos a determinar cómo ser más útiles según sus necesidades actuales. Esta persona puede actuar como un amortiguador, atendiendo llamadas telefónicas y consultas, de modo que el tiempo en familia pueda centrarse en los niños y no en la enfermedad de los padres.
- Las visitas al hospital a menudo ayudan a los niños a sentirse menos preocupado. Hable con su equipo médico sobre los buenos momentos para una visita familiar. Tenga personas de apoyo adicional que acompañen a sus hijos al hospital. Esto le permite ajustar la duración de la visita a lo que su hijo pueda manejar cómodamente. Asegúrese de que un adulto hable con su hijo después de la visita para conocer la experiencia del niño y abordar cualquier confusión o preocupación.
- Cuídese. Los padres con cáncer y sus cónyuges o co-padres deben ser conscientes de su propio bienestar y del impacto en sus hijos. Asegúrese de obtener la ayuda que necesita para sentirse seguro en su tratamiento médico y para minimizar los efectos secundarios que pueden interferir con el tiempo de paternidad de calidad. Es normal sentirse preocupado, pero si está abrumado o desesperado, busque tratamiento para su salud emocional. Los niños pueden sentirse seguros y esperanzados cuando saben que sus padres están recibiendo una atención excelente, aprecian el hoy y tienen esperanzas para el futuro.